OTRAS ENTRADAS DE BLOG
Hoy entrevisto a Marta Fernández, Empresaria, Profesora de Yoga Prenatal e Instructora de Hatha Yoga y Yoga según la tradición Iyengar.
Marta plantea la enseñanza del Yoga como un camino de práctica personal exhaustiva y constante. A través de la intensa vivencia personal del Yoga acompaña a sus alumnos en su proceso de aprendizaje de esta disciplina.
Marta ha convertido el Yoga en su modo de vida y comparte con alegría esa filosofía en sus clases.
http://www.marta-fernandez.es/
Hola Marta, cuéntanos un poco sobre ti y si siempre fuiste una mujer emprendedora.
Hola Ana.
Creo que siempre he sido una mujer emprendedora, asumiendo riesgos en busca de hacer mis sueños realidad.
Mis orígenes son gallegos y, precisamente allí, en Galicia, estudié Ingeniería de Telecomunicaciones. Durante los duros años de formación aprendí a creer en mí, a tener la certeza de que, cuando tenemos claros nuestros objetivos y vamos a por ellos, éstos se cumplen tarde o temprano.
Al terminar la carrera universitaria, tomé una de las decisiones que ha marcado un antes y un después en mi caminar: dejar atrás mi tierra gallega y trasladarme a vivir a Madrid, donde llevo ya casi once años.
Durante años ejercí como Ingeniera en una gran multinacional y, lo que en un principio me llenaba de ilusión, se fue convirtiendo en una carga. En el fondo de mi ser intuía que tenía que haber algo más que un ritmo de vida trepidante, sin apenas tiempo para disfrutar de la vida.
No me resignaba a pasarme el resto de mi existencia durante diez o más horas al día delante de una pantalla de ordenador, sin experimentar la magia del contacto humano, sin experimentar uno de los tesoros más valiosos de este mundo, que es la comunicación.
En mi constante búsqueda de respuestas inicié el camino de la práctica de Yoga. En un primer momento fue un complemento necesario para mi bienestar. Pero ese complemento fue cobrando cada vez más peso, aportándome bienestar físico y cierta calma a la hora de mantenerme equilibrada ante la vorágine de mi demandante trabajo.
Otro momento crucial, transformador y doloroso fue la prematura muerte de mi madre, a los 60 años. Su fallecimiento fue el detonante del inicio del cambio.
Ante la pérdida de una de las personas más importantes de mi vida comencé a cuestionarme por qué estaba renunciando a “vivir en plenitud”; por qué me estaba conformando con permanecer en un trabajo en el que me sentía enjaulada, anestesiada, muerta; por qué me contentaba con navegar en la mediocridad cuando todos tenemos derecho a la excelencia; por qué estaba renunciando constantemente a mi presente, sacrificándolo a manos de un futuro que todavía no había llegado.
Así que, después de grandes luchas internas, intentando dejar atrás juicios propios y ajenos, decidí abandonar temporalmente mi ejercicio como Ingeniera e iniciar desde cero un nuevo caminar, formándome como profesora de Yoga. Comencé a recorrer este camino envuelta en miedos, dudas, autojuicios, etc. El hecho de tener que partir de cero una vez más me daba vértigo.
Paso a paso me fui formando cada vez más en diferentes ámbitos del Yoga: Hatha, Tradición Iyengar, Yoga Prenatal, etc. Y lo que comenzó siendo una idea alocada, un lejano sueño, una remota posibilidad, fue cobrando cada vez más forma
Han pasado ya cinco años desde que abandoné el ejercicio dela Ingeniería. Hansido años de crecimiento, de miedo, de dudas, de acontecimientos dolorosos, de soledad, de incertidumbre, de lágrimas, de risas, de plenitud, de gratitud,…
No renuncio a un solo segundo de estos años porque cada instante vivido ha sido una pieza importante para estar donde estoy ahora: sintiéndome más mujer que nunca, más libre e independiente que nunca, creyendo cada vez más en mí, sabiendo que tengo fuerza de sobra para lograr mis sueños y viendo cómo mi proyecto de vida va tomando cada vez más forma.
Realmente siento que mi historia, y en concreto cada una de las experiencias que han marcado mi existencia hasta el momento, han sido cruciales para llevarme a sentirme efectivamente, tal y como me preguntas, una mujer emprendedora, cada vez más segura y cada vez más independiente.
Cuéntame como surge tu vocación por el Yoga.
Mi vocación por el Yoga surgió primeramente como practicante, durante mis años de trabajo como Ingeniera. La práctica de esta disciplina era mi regalo diario, mi momento de desconexión del mundo estresante en el que me movía.
Poco a poco, el Yoga fue cobrando cada vez más importancia en mi vida hasta que, con el fallecimiento de mi madre, decidí solicitar una excedencia en mi anterior trabajo y partir de nuevo de cero, iniciando mi formación como profesora de esta disciplina oriental.
Háblame de tu experiencia como empresaria y profesora de yoga.
Puedo decirte que no han sido años fáciles. Desde el año 2006, cuando comencé mi formación como Instructora de Hatha Yoga y me lancé a dar clases, hasta este año 2011, he experimentado todo tipo de momentos. Momentos en los que tenía claro que este camino del Yoga es “mi camino” y no otro, y momentos en los que dudaba y me desesperaba ante la falta de trabajo, ante la baja remuneración que recibía por mis clases.
Afortunadamente y después de cinco años dando clases, hoy en día me siento cada vez más afianzada en este trabajo. Han sido años de estudio, de formación intensa, de sacrificios, de entrega,… que me han llevado a donde estoy hoy: trabajando en algunos de los mejores Centros de Yoga de Madrid, dando clases a domicilio e impartiendo también sesiones en una preciosa sala que he creado en mi hogar y que es un auténtico sueño hecho realidad.
Puedo decir que haber llegado hasta donde estoy hoy ha sido producto de una profunda metamorfosis, un profundo trabajo de indagación personal, para dejar atrás mis miedos y creer cada día más en mí.
Hoy en día me siento feliz y afortunada con el trabajo que hago. Considero que es un auténtico regalo poder acompañar a mis alumnos y aprender con ellos. Cada clase es un reto y al mismo tiempo un regalo para mi crecimiento.
A lo largo de estos años he podido experimentar momentos muy intensos: la gratitud de las madres que dan a luz de forma más consciente acompañadas por la práctica de Yoga Prenatal, el cambio físico y de actitud ante la vida de muchos alumnos, la pasión con la que muchos de mis alumnos viven la práctica de Yoga,…
En fin, son innumerables las situaciones en las que me he emocionado y me emociono al sentir la magia de trabajar para los demás, sin perder de vista mi bienestar.
¿Qué consejo les darías a las mujeres emprendedoras, empresarias, o las que quieren llegar a serlo?
El consejo que daría a cualquier mujer, tal y como me lo doy cada día a mí misma, es: “nunca renuncies a tus sueños. Si puedes soñarlo, puedes hacerlo realidad. Camina con objetivo claro, pero sin perderte en cada paso de ese camino.
Da cada paso con presencia, con consciencia. Confía en que la vida te llevará a donde sea mejor para ti pero, si quieres algo, ve a por ello, da el primer paso, expande tu zona de confort porque, cuando das un paso adelante hacia tus anhelos, el Universo premia tu valentía y te da un empujón más.
No busques excusas para no hacer un sueño realidad. Las excusas están en el futuro o en el pasado. No existen. Lo que existe es el presente con sus infinitas posibilidades para llegar a ser la mejor versión de ti misma, para llegar a ser lo que siempre has soñado… No te conformes… Encuentra cuál es tu misión en este mundo… Es posible vivir cada faceta de nuestra vida en plenitud, incluida la faceta laboral… Es posible… Sólo hace falta creerlo y caminar hacia ello…”
Muchas gracias Marta por tu tiempo y por darme una de las más hermosas entrevistas que he hecho. Me dices alguna vez que siempre dejo en facebook la frase adecuada, pues me lo acabas de devolver con creces y estoy encantada de poder compartirlo con mis lectoras.
COMPARTE ESTA ENTREVISTA DESDE LOS BOTONES QUE TIENES AQUÍ ABAJO
SI TE GUSTÓ ESTA ENTREVISTA DÉJAME TU COMENTARIO