Podemos ser administradores de empresas, tener una maestría en finanzas y haber estudiado economía, que cuando se trata de la despensa o la alacena de la casa parece haber un gran abismo entre nuestra teoría educativa y la realidad de nuestras compras y gastos caseros.
¿Por qué sucede eso? Porque en las empresas nos comportamos como los administradores que somos, pero en casa somos los dueños y señores de las cosas. Así que tomamos decisiones financieras con emoción y sin control. Como si el dinero fuera ilimitado.
Les confieso que el cuarto de pilas de mi casa parecía una sucursal del PriceSmart. Habia tres cajas de jabón de ropa; 5 botellas de las grandes de suavisador; 80 bolsas de prensas de ropa, como si nos las comiéramos; 5 galones de cloro, como para blanquear todo el barrio y más de 10 palos de escoba de todos los tamaños.
Y ni qué decir de la alacena de la cocina: unas 12 latas de atún; 10 cajas de macarrones vencidos; como 10 bolsas de arroz, apenas para alimentar un ejército; bolsitas de frijoles en cada rincón; tinta de pasteles; medicinas vencidas; galletas aplastadas y un galón gigante de condimento.
Si todo hubiese estado en buen estado creo que en ambas despensas contenían unos US$2 mil estancados.
6 consejos
Después de entrar en razón, decidimos tomar algunas medidas que nos permiten tener lo suficiente, lo necesario y ahorrar dinero. Se las comparto:
1) Primero hicimos un menú. El nuestro es de unas 16 semanas. Con esta idea no solo variamos los alimentos, sino que sabemos exactamente qué comprar. Así no se gasta más de lo necesario.
2) Segundo, hacemos un chequeo semanal de todas las despensas para asegurarnos que haya lo suficiente para sobrevivir el mes completo. No más, ni menos de eso.
3) La tercer idea es que cuando vamos al súper procuramos ahorrar el 10%. Es decir, si tenemos de presupuestado gastar 100 mil colones, entonces ahorramos 10 mil colones. Así nos medimos más con los gastos y tenemos una buchaquita para un día de lujos y antojos.
4) Un día de lujitos. Como a todos nos gustan ciertas cositas y darnos ciertos gustitos, con el dinero que hemos venido ahorrando, designamos un día de lujos y antojos. Ese día cada uno de nosotros tiene derecho a comprar cualquier cosa que no esté dentro del menú aunque no sea costoso y poco nutritivo.
5) Tenemos un sistema de compras: No se asusten, no es nada complicado. Simplemente, compramos las cosas no perecederas (que no se vencen rápido) en lugares de volumen, pues las cosas salen más baratas y alcanzan para el mes. Las frutas, las verduras y algunas carnes las compramos, semanalmente, preferiblemente, en la feria o en granjas orgánicas.
6) Y la séptima idea te toca a vos compartírmela para ir enriqueciendo cada post. Contámela a través de mi blog o a través de mi correo: monica@acoyolpartidocoyolcomido.com
Mónica Quirós